Con la llegada del verano, llega el buen tiempo y con él las ganas de saber cómo ponerse moreno, y de conseguir un bonito y excelente bronceado natural.
Para ello, lo más conveniente es saber cuáles son las mejores horas para tomar el sol, y saber cuál es el factor de protección más adecuado según nuestro tipo de piel.
Pero, en ocasiones, sobretodo cuando no se siguen los consejos básicos a la hora de cuidar la piel, nos quemamos, apareciendo las molestas quemaduras solares.
Quemaduras solares
Se entiende por quemadura solar al enrojecimiento de la piel, que habitualmente ocurre después tanto de exponernos al sol, como a otro tipo de luz ultravioleta.
En relación a los primeros signos que tienden a aparecer cuando nos hemos quemado, tal y como veremos luego en el apartado dedicado a los síntomas de las quemaduras solares, éstos suelen ser la piel roja y sensible, peladura de piel en áreas quemadas, y ampollas que se desarrollan horas o días después.
En algunas ocasiones, es posible que los primeros signos de una quemadura solar no aparezca hasta pasadas unas horas.
Síntomas de las quemaduras solares
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Piel roja y sensible.
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La piel se siente caliente al tacto.
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Ampollas que pueden desarrollarse horas o días después de habernos quemado.
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En algunos casos se puede producir la denominada como “alergia solar”, que provoca erupción cutánea, o fiebre, náuseas y escalofríos.
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La piel se pela varios días después de la quemadura solar.
Causas de la quemadura solar
No hay duda que la causa principal que provoca la aparición de la quemadura solar, como su propio nombre indica, es la exposición en exceso o sin protección de nuestra piel al sol.
Explicado de otra forma algo más exacta, una quemadura solar se produce cuando el grado de exposición excede la capacidad que tiene la melanina (pigmento protector del cuerpo) para proteger nuestra piel.
Cómo evitarlo
No hay duda que la mejor forma de evitar la molesta y peligrosa aparición de las quemaduras solares, pasa por la exposición al sol en las horas recomendadas (antes de las 10 horas de la mañana, y luego a partir de las 4 de la tarde), y sobretodo con el adecuado factor de protección.
No sirve ponernos una crema protectora antes de tomar el sol y luego no renovarla cuando pasa cierto tiempo o cuando, sobretodo, nos damos un baño.
Lo más adecuado siempre es evitar tomar el sol desde las 10 horas de la mañana a las 4 de la tarde, y utilizar una crema protectora adecuada según el tipo de piel que tengamos (tipo de piel y factor de protección).
Aplícate el protector solar media hora antes de comenzar la exposición al sol, y trata siempre de renovarlo cada dos horas, o al menos cada vez que te tomas un baño.
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