Es bastante habitual que muchas personas acudan a su médico porque se han encontrado una pequeña tumoración en la espalda, el hombro o el cuello, la cual tiende a moverse cuando es apretado y en la mayoría de las ocasiones no duele. En la mayoría de las ocasiones se tratan de lipomas, los cuales son más frecuentes de lo que en realidad se piensa, tanto que es bastante común que pasen inadvertidos durante muchos años, ya sea porque la situación en la que se encuentran los hace prácticamente imperceptibles, o porque presentan un tamaño más bien pequeño. De hecho, generalmente un lipoma tiende a crecer durante bastantes años antes de llegar a ser visible.
Básicamente consisten en tumores benignos que provienen de las células de grasa. Son de crecimiento lento, por lo general redondos, movibles con cierta facilidad al apretarlos con los dedos y aplanados, los cuales se encuentran debajo de la piel. Es muy habitual que sean blandos y pastosos (o gomosos), cuyas características hacen que en realidad sean muy fáciles de diagnosticar por el médico.
Se localizan predominantemente en el dorso del tórax, en especial la espalda, además de otras zonas como por ejemplo los hombros o el cuello. Son comunes también en la zona de la parte baja de la espalda, pudiendo también aparecer en otras zonas menos comunes como es el caso de los brazos o las piernas.
Suelen observarse sobre todo en personas adultas de entre 40 a 60 años de edad, aunque también pueden aparecer en personas más jóvenes o en la infancia. Sobre tu tamaño, en la mayoría de las ocasiones los lipomas son pequeños (de menos de un centímetro de diámetro), aunque pueden llegar a alcanzar más de 6 centímetros de diámetro. Eso sí, suelen ser de crecimiento lento. Debido a sus características habituales por lo general el médico es capaz de diagnosticarlo sintiendo la firmeza del bulto, su movilidad y observándolo.
¿Por qué aparecen los lipomas?
Debemos tener en cuenta que, en realidad, la causa exacta por la que aparece un lipoma se desconoce. No obstante, sí existen algunos factores de riesgo que influyen en su aparición. Por ejemplo, algunos lipomas se pasan de padres a hijos por lo que existe una historia familiar de lipoma.
Eso sí, los lipomas simples tienden a ser más comunes en las mujeres, mientras que los hombres son más propensos a sufrir lipomatosis.
Por otra parte, determinadas condiciones médicas pueden influir igualmente, como por ejemplo es el caso de enfermedades del hígado o dificultad para controlar el azúcar en la sangre. También el sobrepeso y la obesidad son causas habituales de aparición.
Entre otras causas menos habituales podemos mencionar haber sufrido un golpe contundente en la zona donde luego aparece el lipoma o una determinada lesión en el cuerpo.
Imágenes | ISTOCKPHOTO/THINKSTOCK
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