La mielina consiste en un material lipoproteico, el cual constituye determinados sistemas de bicapas fosfolipídicas, que encontramos sobre todo en nuestro sistema nervioso. Forma una capa gruesa alrededor de los axones neuronales (prolongación de las neuronas especializadas en conducir el impulso nervioso desde el cuerpo celular hacia otra célula), la cual permite la correcta y adecuada transmisión de los impulsos nerviosos entre las distintas y diferentes partes de nuestro cuerpo, gracias a su efecto aislante.
En lo que se refiere a su composición, la mielina se dispone en diferentes capas en torno al axón, formando lo que se conoce como vaina de mielina. Al ser una sustancia con capacidad aislante tiende a aumentar la resistencia de la membrana axónica, así como la velocidad de conducción del impulso nervioso.
¿Cuáles son las funciones de la mielina?
La principal función de la mielina es actuar como conductor de los impulsos eléctricos que envían y reciben mensajes de todo tipo al organismo. Es decir, asegurar la velocidad de propagación y la continuidad del potencial de acción.
De esta forma, podemos decir que la mielina sirve para que el potencial eléctrico sea conducido muchísimo más rápido. Es decir, su propósito es permitir la transmisión rápida, eficiente y efectiva de impulsos a lo largo de las neuronas. En este sentido, el impulso nervioso tiende a avanzar a saltos, de nodo en nodo, de manera que progresa mucho más deprisa. Este fenómeno es conocido con el nombre de conducción saltatoria del impulso.
Por ello cuando la mielina se daña los impulsos se retrasan, apareciendo determinados trastornos o determinadas enfermedades, como por ejemplo es el caso de la esclerosis múltiple.
Comentar