En el día de hoy hemos conocido el caso de un hombre que murió por fiebre hemorrágica de Crimea Congo el pasado 25 de agosto, después de que al parecer recibiera la picadura de una garrapata al dar un paseo por el campo en Castilla y León, tras la confirmación por parte de la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
Según ha información la propia Consejería de Sanidad madrileña, el hombre falleció en el Hospital Gregorio Marañón luego de ser atendido de manera inicial en el Hospital Infanta Leonor.
Y, según hemos sabido, hay una segunda paciente hospitalizada que se encuentra en régimen de aislamiento. Se trata de la enfermera que atendió al hombre, y que según parece, también está afectada por la fiebre hemorrágica de Crimea Congo. Además de otras 190 personas que han podido haber estado en contacto con los dos afectados.
Como manifiestan los especialistas, no solo nos encontraríamos ante el primer caso de contagio autóctono (de transmisión del virus de garrapata a humano) que ocurre en España, sino que se produce precisamente en Europa.
Pero se trata en realidad de casos raros que ocurren pocas veces en el mundo, dado que por lo general las picaduras de garrapata son inofensivas en la mayoría de las ocasiones.
¿Qué son las garrapatas?
Las garrapatas son pequeñas criaturas, que son también conocidas con el nombre de ixodoideos. Son consideradas como los ácaros de mayor tamaño, y existen dos principales familias: la familia Ixodiae (o garrapata dura, la más conocida porque es la que ataca al ser humano), y la familia Argasidae (o garrapata blanda).
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Las encontramos de manera habitual en la hierba alta, sobre todo en los extremos de las hojas, donde aguardan con el objetivo de engancharse a aquel animal que pase al lado de ellos. Es decir, el método de transmisión consiste básicamente en el contacto directo, ya que las garrapatas no se desplazan saltando como se cree de manera errónea.
Luego de transmitirse tiende a desplazarse hasta alcanzar un lugar del cuerpo caliente y húmedo. Es por ello por lo que podemos encontrarlas fácilmente en el cabello, la ingle o las axilas. Y, cuando llega al lugar elegido, utilizan sus apéndices acabados en punta para perforar la piel y empezar a succionar sangre.
A medida que se va alimentando su cuerpo empieza a hincharse, y segrega una especie de pegamento con el que se pega al huésped para tratar de continuar alimentándose al máximo.
Hasta aquí la picadura de una garrapata no supone mayor problema. A no ser que contenga bacterias que pasan finalmente al huésped, pudiendo causar determinadas enfermedades entre las que se encuentra la fiebre hemorrágica.
¿Qué es la fiebre hemorrágica Crimea Congo?
Las fiebres hemorrágicas (conocidas médicamente con el nombre exacto de fiebres hemorrágicas virales, FHV), consisten en un grupo de enfermedades causadas por virus pertenecientes a distintas familias.
Entre estas enfermedades podemos encontrarnos con el ébola, la fiebre de Lassa, la fiebre hemorrágica Marburg, el dengue hemorrágico o la fiebre coreana. En esta ocasión el hombre falleció por la fiebre hemorrágica Crimea Congo, otra de las enfermedades causadas por esta familia de virus.
La fiebre hemorrágica Crimea Congo es causada por un Nairovirus, y es considerada como una enfermedad grave, que puede llegar a una tasa de mortalidad del 40% (oscila entre el 10% y el 40%).
¿Cómo se propaga la enfermedad?
Es un tipo de enfermedad que se puede propagar de dos formas: por un lado puede propagarse de forma natural de los animales vertebrados al hombre (por ejemplo a través del ganado). Por otro, puede propagarse efectivamente a partir de la picadura de un insecto, como es el caso de la garrapata.
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También, de acuerdo a la propia Organización Mundial de la Salud, es un tipo de enfermedad que puede transmitirse entre personas en contacto directo con sangre, secreciones, líquidos corporales y órganos.
¿Cuáles son sus síntomas?
Después de la picadura de una garrapata la fase de incubación dura entre 1 a 3 días, llegando a un máximo de 9 días.
Los síntomas comienzan de forma súbita, sobre todo en forma de fiebre, dolores musculares, dolor y rigidez de cuello, cefaleas, lumbago, irritación de los ojos e hipersensibilidad a la luz.
Al principio tiende a ser común que surja dolor de garganta, náuseas, vómitos, diarrea y dolores abdominales. Luego, al cabo de entre 2 a 4 días, la agitación puede dar paso a debilidad, depresión y somnolencia.
También se producen otros síntomas, como aumento del ritmo cardíaco, inflamación de los ganglios linfáticos y erupción por hemorragia cutánea en mucosas internas (en la piel, la boca y la garganta).
En los pacientes muy graves puede ocurrir insuficiencia hepática o pulmonar repentina (sobre todo después del quinto día de enfermedad), además de un deterioro renal rápido.
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