La limpieza facial es un hábito muy importante para mantener nuestro cutis saludable y bello. Ciertamente, un punto fundamental al hacerlo es lavar la cara ya que –como sabéis- a lo largo del día se van acumulando impurezas de todo tipo (desde el smog hasta los residuos de maquillaje).
Sin embargo ¿sabemos cuál es la mejor forma para lavarnos el rostro? Ante la simple pregunta de si es más conveniente lavarse el rostro con agua fría, tibia o caliente, podemos encontrar que no tenemos una respuesta clara.
Probablemente a diario optemos por una de esas temperaturas, quizás por simple costumbre o por alguna recomendación que hemos escuchado. Para disipar esas dudas, en este artículo repasaremos los beneficios y las contras de las distintas formas de lavarse el rostro.
Lavarse el rostro con agua fría
Comenzamos nuestro recorrido revisando qué sabemos sobre lavarse el rostro con agua fría.
En primer lugar debemos saber que utilizar agua fría permitirá la estimulación de la circulación, de esta forma las toxinas se pueden transportar más eficientemente y se favorece su expulsión del cuerpo a través de los capilares a la vez que se facilita la remoción de residuos que hayan quedado depositados en la piel.
Así prevendrás el acné y otros problemas que pueden surgir en la piel a causa de la acumulación de toxinas y residuos.
Beneficios de lavarse el rostro con agua helada
Otra alternativa que está muy de moda es lavarse el rostro con agua helada. Aunque pueda parecer algo brusco, el agua helada puede ayudar a mejorar el aspecto de tu piel. Para ello debemos colocar algunos cubos de hielo en un recipiente con agua y una vez que se haya enfriado bien la utilizamos para la limpieza facial. Se sugiere realizar el lavado unas tres veces por día (la primera al levantarte por la mañana), aproximadamente con intervalos de 10 a 30 segundos.
Uno de los puntos positivos de lavarse el rostro con agua helada es que puede ayudarte a resolver esa tan molesta hinchazón en el área de los ojos, muchas veces signos de no haber tenido un buen descanso o de haber apenas despegado nuestra cabeza de la almohada y salido corriendo al trabajo.
También puede ayudarte a disminuir el enrojecimiento de la piel del rostro, por ello si haces el lavado del rostro antes de maquillarte permitirás no sólo que ceda el enrojecimiento sino también que se igualen los matices de tonalidades en el rostro.
Otro beneficio de lavarse la cara con agua helada es que esto permite reducir los poros que como consecuencia de las bajas temperaturas tienden a cerrarse, esto hará que tu piel se vea más tersa y suave.
Y no debemos dejar de mencionar que muchas mujeres lo recomiendan como un tratamiento natural anti-edad, ya que el agua helada nos ayuda a reducir o retrasar la aparición de líneas de expresión o arrugas en el rostro. Además, si realizas estos lavados de forma habitual verás que tu piel se verá más resplandeciente.
El agua caliente ¿es recomendable para lavarse el rostro?
Cuando pensamos en utilizar agua caliente (aunque por supuesto no excesivamente caliente como para quemarnos) para limpiar nuestro rostro debemos tener en cuenta algunas cuestiones.
Nuestra piel posee aceites naturales que sirven como nutrientes y protectores. Si utilizamos agua caliente para lavarnos el rostro habitualmente, estos aceites se irán perdiendo, generando resequedad en el cutis y provocando una mayor cantidad de cebo, lo que nos puede provocar o empeorar el acné o los puntos negros o blancos en el rostro, si ya los tenemos.
Por eso no es recomendable lavarse la cara durante la ducha, aunque nos quede cómodo hacerlo.
El agua tibia, una buena alternativa
Para quienes no gusten de limpiarse la cara con agua fría o helada, y si tenemos en cuenta algunos de los efectos no tan positivos de lavarnos el rostro con agua caliente, la alternativa es utilizar agua tibia, ya que no tendrá el efecto negativo del agua caliente, permitiendo que la piel conserve sus aceites naturales y ayudando a mantenerse hidratada y saludable.
Cuidado con el agua caliente: no es tan beneficiosa para la piel
Aunque te hemos hablado acerca de los distintos beneficios que tiene utilizar el agua caliente, debemos tener cuidado cuando en realidad la temperatura del agua está realmente caliente. Algo muy común cuando hace frío.
Y es que cuando nos duchamos en invierno, es obvio que tendemos a ducharnos con agua caliente. Si bien es cierto que son muchos los beneficios de la ducha, a su vez puede convertirse en un factor negativo para la piel, que contribuye a su deshidratación.
Por este motivo, lo más conveniente es regular la temperatura del agua cuando vayamos a darnos una ducha.
Además, también podemos adquirir geles o jabones de baño que cuenten con ingredientes naturales que ayuden no sólo a limpiar bien la piel, sino a respetar el manto hidrolipídico de la piel, no alterando el PH de la piel
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