Cuando llega el verano suele ser habitual que muchas personas disfruten de esas esperadas vacaciones, comúnmente fuera de sus casas (en apartamentos, hoteles o casas rurales), pero también es habitual que pasen el día entero en la playa o en la piscina, y o bien coman lo que han preparado en casa, o bien lo hagan en restaurantes, chiringuitos o bares.
Precisamente con la llegada del calor suele ser bastante habitual que, por estas fechas, aumenten los casos de gastroenteritis, un trastorno digestivo más común de lo que se piensa.
Esto es debido a que las altas temperaturas favorecen la proliferación de bacterias en muchos alimentos, lo que a su vez causa peligrosas y molestas intoxicaciones alimentarias.
De ahí que tomar determinadas precauciones sea algo simplemente fundamental, no solo fuera de casa, sino también dentro de ella.
¿Qué es una intoxicación alimentaria? ¿Por qué aumentan los casos en verano?
Una intoxicación alimentaria consiste una infección que ocurre cuando se ingiere un alimento o bebida que contiene parásitos, virus, bacterias o toxinas producidas por estos mismos microorganismos. En la mayoría de las ocasiones este tipo de intoxicaciones se producen a partir de bacterias comunes, como la Escherichia coli o el estafilococo.
Pero no son los únicos microorganismos o toxinas que pueden causar una intoxicación alimentaria. También debemos nombrar intoxicaciones por salmonela, cólera, enteritis por Campylobacter o toxinas que se encuentran sobre todo en pescados o mariscos en mal estado o dañados.
Sus síntomas aparecen entre 2 a 8 horas después de haber ingerido el alimento o tomado la bebida contaminada. Y, entre los síntomas que más comúnmente aparecen, destacan especialmente la diarrea, náuseas y vómitos, los cólicos abdominales y el dolor de barriga, escalofríos y fiebre, debilidad y dolor de cabeza.
Durante los meses de verano aumentan de forma peligrosa los casos de intoxicación alimentaria, debido fundamentalmente al calor y las altas temperaturas, al ocasionar en la mayoría de las ocasiones un mantenimiento de conservación inadecuado. A esto se le une la cocción de forma insuficiente de los alimentos, o mantener una higiene incorrecta e inadecuada.
Por ello, la mayoría de casos se dan en el verano, cuando es más habitual comer en restaurantes al aire libre y chiringuitos en la playa.
Consejos útiles para evitar las intoxicaciones alimentarias en verano
Consejos en casa para evitar intoxicaciones alimentarias
- Lávate bien las manos antes de ponerte a cocinar. Haz lo mismo con los utensilios de cocina que vayas a utilizar.
- Todos los alimentos perecederos deben ser almacenados en la nevera o en el congelador, siempre y cuando no vayan a ser consumidos en el momento.
- Cubre con film transparente o papel albal todos los alimentos.
- Asegúrate que los alimentos estén bien cocidos.
- Huevos: lo mejor es comprar aquellos que indiquen una fecha tanto de caducidad como de envasado, no los laves nunca con cáscara y guárdalos siempre en la nevera.
- Pescados: cómpralos siempre muy fresco, congelándolos inmediatamente si no los vas a consumir al momento. En la nevera, no olvides que los pescados no duran más allá de dos o tres días.
- Carnes: cuando la compras asegúrate que esté fresca (no olvides que la carne fresca es roja y su grasa blanca; evita las carnes marrones con grasa amarilla, ya que no están frescas). Consúmela al menos en 36 horas una vez haya sido comprada, conservándola siempre en la nevera.
- Frutas y verduras: lávalas bien antes de consumirlas. Si no las vas a comer en el momento, debe transcurrir como máximo una semana desde el momento de compra y el de consumición. Pela siempre la fruta.
- Lácteos: guárdalos siempre en la nevera una vez han sido abiertos.
Consejos en el restaurante, bar o chiringuito
- Cuidado con los platos preparados: evita platos con huevos y con mayonesa si no tienes la seguridad de que han sido bien preparados. Evita pedir ensaladilla rusa, especialmente en chiringuitos y bares de playa.
- Marisco y pescados: asegúrate siempre que están frescos y bien cocidos.
- Bocadillos vegetales y sándwiches: evita aquellos bocadillos o sándwiches con salsas o con marisco.
- Ensaladas: alíñalas tu mismo. Es mejor que no tengan salsas, huevo, pescado ni marisco.
- Agua: es mejor que sea agua embotellada, y que seas tú quien la abra (es aconsejable evitar que te la traigan ya abierta).
Consejos cuando comes en la playa o piscina
- No lleves alimentos que pueden estropearse fácilmente: como platos con huevo, pescado o ensaladilla rusa.
- Mantén los alimentos en frío durante el tiempo que estés fuera de casa: utiliza para ello una nevera portátil con bolsas de hielo o cubiletes previamente congelados.
Ten especial cuidado con estos alimentos: los principales culpables de las intoxicaciones en verano
Aunque una intoxicación alimentaria se puede dar prácticamente por haber ingerido cualquier alimento en mal estado, es cierto que sobre todo en verano, existen una serie de alimentos que se convierten en los principales «culpables». Son los siguientes:
- Huevo: Es uno de los más comunes, ya sea en tortillas, cocido o frito y en salsas elaboradas a base de huevo. Se aconseja manipularlo con sumo cuidado, evitando que el interior (la clara y la yema) se contaminen con la cáscara, la cual puede estar sucia con las heces de la gallina (de hecho, la salmonelosis es una bacteria que encontramos tanto en las heces como en los intestinos de muchos animales). Por ello no es aconsejable lavar el huevo. Además, es recomendable mantener siempre las salsas a base de huevo en la nevera, y consumirlas en las primeras 24 horas.
- Pollo: Por su abundancia en agua y su propia composición química, la carne de pollo es otro de los alimentos que más fácilmente tiende a contaminarse. Es importantísimo cocinarlo bien, totalmente y a elevadas temperaturas, y evitarla si está cruda o semicruda.
- Vegetales, verduras y hortalizas: Dado que están en contacto con la tierra, ésta puede estar a su vez en contacto con estiércol contaminado. Por ello, es recomendable lavarlos bien antes de manipularlos en la cocina.
- Pescado y marisco: Es aconsejable manipularlo con sumo cuidado, lavándolo bien y reservándolo en la nevera hasta el momento de cocinarlo. Luego, se debe cocinar bien. Además, se debe evitar comerlo crudo o semicrudo si no se tiene la seguridad de que ha sido bien congelado anteriormente (medida fundamental para evitar anisakis).
Si se siguen todos los consejos indicados a lo largo de la presente nota, podremos disfrutar de un verano seguro, tranquilo y con salud, evitando la mayoría de intoxicaciones alimentarias comunes.
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