¿Quién no ha tomado multivitamínicos en alguna ocasión? Los podemos encontrar fácilmente en farmacias, herbolarios e incluso hasta en supermercados, dado que para su consumo no es necesario seguir el consejo médico o adquirirlos a partir de una prescripción médica, siendo solo necesario seguir las indicaciones del envase en lo que se refiere al número de cápsulas o pastillas a tomar y cómo. En la mayoría de las ocasiones basta con tomar una cápsula o una pastilla al día acompañada de un gran vaso de agua o de jugo natural.
Sobre los momentos habitualmente utilizados para su consumo, es cierto que las ventas de multivitamínicos tienden a aumentar especialmente a finales del verano y comienzos del otoño, para mantenerse más o menos estables durante los meses de otoño e invierno. ¿El motivo? Muchas personas achacan el cambio de estación, y sobre todo la llegada del frío, de la humedad y del mal tiempo a un debilitamiento y reducción de nuestras defensas. Y con razón. Pero, ¿es realmente necesario tomar multivitamínicos todos los meses del año?.
Los multivitamínicos son cápsulas o pastillas que destacan por ser una acumulación de la mayoría de las vitaminas, minerales y oligoelementos que nuestro organismo necesita cada día. Es decir, la administración de una de estas pastillas –sobre todo siguiendo las indicaciones del fabricante- es capaz de aportarnos entre un 50% y un 100% de las cantidades diarias de determinados nutrientes esenciales, como por ejemplo: vitamina A, D, C, E y del complejo B, además de minerales y oligoelementos como calcio, magnesio, selenio, fósforo, potasio, zinc… Es más, dependiendo del producto es posible que también incluyan otros compuestos, como es el caso de coenzima Q-10, ginseng, jalea real…
Lo cierto es que hoy día tendemos a consumir multivitamínicos de forma indiscriminada, sin apenas preguntar a nuestro médico e incluso sin saber si en realidad las necesitamos o no. La excusa o el pretexto lo encontramos en el prospecto de la mayoría de estos envases, en donde se especifica que “se puede tomar todo el año, sin tener que realizar descansos”.
Pero aunque no presenten contraindicaciones ni efectos secundarios, tomar multivitamínicos sin necesitarlo es un completo error. ¿Por qué?, muy sencillo: cuando tenemos buena salud, no padecemos ningún tipo de trastorno ni enfermedad, y seguimos un estilo de vida saludable basado en el mantenimiento de una dieta variada y equilibrada, ya estamos aportando a nuestro organismo la mayoría de nutrientes esenciales que necesitamos cada día. Por tanto, el consumo de multivitamínicos en estos casos no estaría indicado ni recomendado.
Es más, cuando deseamos –o necesitamos- aumentar las defensas lo mejor que podemos hacer es seguir una dieta sana y variada, rica en alimentos nutritivos y frescos tales como frutas, verduras y hortalizas, legumbres, cereales integrales, frutos secos, pescados y carnes blancas. Y, además, complementarla con la práctica regular de ejercicio físico (a ser posible cada día durante al menos 30 minutos por vez).
Solo cuando estemos enfermos o nuestro médico nos lo aconseje tras haber pasado una enfermedad sí estaría aconsejado la administración y el consumo de multivitamínicos. Por ejemplo, durante una mononucleosis infecciosa, después de una gripe o un resfriado, o cuando estamos pasando una época de estrés durante la cual nuestro sistema inmunológico sí tiende a debilitarse. También cuando nos sentimos decaídos o sin energía; pero cuidado, ya que en estos casos es necesario descartar la posible existencia de una anemia que requiera dosis mayores de hierro.
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