En muchísimas ocasiones te hemos hablado de la importancia que supone seguir una correcta hidratación diaria; o, lo que es lo mismo, consumir cada día la cantidad de líquidos que nuestro organismo necesita para funcionar de manera correcta.
Como manifiestan muchos expertos en salud, la mayor parte de nuestro cuerpo es agua, y los líquidos que tomamos cada día ayudan a nuestro organismo a realizar todas aquellas funciones tanto vitales como fundamentales para la vida: nos ayuda a eliminar toxinas y desechos, estimula el correcto funcionamiento metabólico, mejora el funcionamiento de los riñones, y además previene infecciones.
Pero, ¿sabías que también uno de los principales beneficios del agua tiene una relación especial con disfrutar de un óptimo rendimiento cognitivo e intelectual?.
La deshidratación perjudica el rendimiento intelectual
Recientemente la revista Journal of the American College of Nutrition publicó Rendimiento cognitivo y deshidratación, dirigida por la profesora y doctora Ana Adan, de la Universidad de Barcelona, cuyo estudio abordaba cómo la falta de reposición de líquidos (deshidratación) afectaba a diferentes actividades cognitivas e intelectuales.
Y, precisamente, tal y como pudo constatar el estudio, los cambios en los electrolitos corporales y en la cantidad de sales que provocan la deshidratación tienden a alterar el correcto funcionamiento de diversos sistemas de neurotransmisión que participan e intervienen en el procesamiento congnitivo y en la propia actividad cerebral.
¿Y esto qué significa? Fundamentalmente que la deshidratación, o tomar una cantidad insuficiente de líquidos cada día, favorece la pérdida de concentración y un menor rendimiento.
Consejos para aumentar la ingesta de líquidos cada día
La mayoría de los expertos aconsejan y recomiendan consumir aproximadamente entre 2 a 2,5 litros de líquido al día, que provengan tanto de alimentos (20-25%) como de bebidas y líquidos (80%).
También se debe prestar atención a la pérdida de líquidos que produce la práctica de actividad física, momentos en los que el consumo de líquidos debe incluso ser aún mayor.
Imagen | jirihnidek
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