Con la llegada del otoño, y particularmente con el comienzo del invierno, es habitual que nuestra salud tienda a resentirse, siendo lo más normal que nuestras defensas se debiliten (de ahí que sea especialmente recomendado saber cómo aumentar las defensas), y nos resfriemos o agripemos con más facilidad.
En el caso de la piel, con los cambios de temperatura que ocasiona pasar del frío de la calle al calor existente en las casas, tiendas y en nuestro propio lugar de trabajo, es una de las que más sufre en esta época del año.
Y es que estos constantes cambios de temperatura causan vasoconstricciones y vasodilataciones en la piel. ¿La consecuencia? La aparición de la conocida como cuperosis.
¿Qué es la cuperosis?
Se trata de un efecto secundario común del frío, caracterizándose por la aparición de pequeños capilares que, al dilatarse, forman apariencias similares a telas de araña, siendo más habitual en la nariz y en las mejillas, aunque también pueden formarse por todo el rostro.
Aunque es cierto que se desconocen sus causas, los especialistas coinciden en señalar que existen determinados factores que favorecen su aparición: cambios bruscos de temperatura, el estrés, la menopausia, el consumo de corticoides o el tabaco.
Síntomas de la cuperosis
Como indicábamos anteriormente, el síntoma más característico de la cuperosis es la aparición de pequeños capilares dilatados, que en el rostro forman una especie de tela de araña de tonos rojos característico. Trastorno que médicamente recibe el nombre de telangiectasia.
Aparece en los pómulos, la nariz, y la barbilla, pudiendo afectar en especial a las mujeres, sobretodo si tiene la piel clara y a su vez es sensible.
Tratamiento de la cuperosis
El tratamiento médico pasa por la aplicación de láser decolorante pulsado, el cual destaca por ser el tratamiento definitivo ya que el vaso sanguíneo tratado nunca vuelve a aparecer.
No obstante, para evitar su aparición no hay duda que lo más importante es la prevención.
¿Cómo prevenir la cuperosis?
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Evita los cambios bruscos de temperatura.
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Hidrata bien tu piel, utilizando combinaciones de lociones ricas en ácido lactónico, ceramida y otras sustancias que protegan la piel.
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Utiliza protector solar siempre, incluso en invierno.
Imagen | abkfenris
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