Se conoce con el nombre de crudiveganismo, y consiste en la doctrina o práctica del veganismo (abstención del consumo o utilización de productos de origen animal) con la alimentación cruda; es decir, con el consumo de alimentos comestibles en crudo.
De ahí que esta expresión derive de la unión de las palabras crudivorismo y veganismo, encontrándonos a su vez con expresiones sinónimas, tales como crudivorismo vegano o veganismo crudívoro.
Todo evoluciona, hasta nuestra manera de comer. Por ello desde hace un poco tiempo conocemos a la revolución verde, que llegó para quedarse. El vegetarianismo, veganismo o las dietas sin carne no son una moda pasajera, quienes las realizan las definen como un medio de cambio necesario para la salud propia y la del medio ambiente.
El crudiveganismo es una de las opciones de alimentación que están abriendo paso en los últimos años, después del crecimiento de las dietas vegetarianas y veganas en nuestra sociedad. Los que la realizan y la predican consideran que la alimentación mientras esté más ligada a la naturaleza, es mejor.
Un crudivegano lleva una alimentación 100% vegetal, en la que los alimentos no están cocinados por encima de los 42 grados centígrados, la temperatura máxima que pueden alcanzar al estar expuestos al sol.
¿Qué es el crudiveganismo y en qué consiste?
El crudiveganismo viene de la unión de dos conceptos: el crudivorismo, el cual es la comida raw o cruda y no cocida, y el veganismo, la cual promueve una alimentación totalmente vegetal, excluyendo los alimentos provenientes de animales y sus derivados.
Los crudiveganos también apuestan por el medio ambiente, por ejemplo muchos consumen las hortalizas locales, así ahorran costos energéticos y reducen la huella de carbono que ocurre con la importación de ellos.
Por ello, en esta dieta se eliminan los alimentos que tienen sustancias químicas o que producen toxinas en nuestro organismo, tales como:
- Los cocinados por encima de 42°
- Los de origen animal, huevos, lácteos y sus derivados
- Los envasados y procesados
- Los alimentos refinados como el azúcar, harinas y sal
- Transgénicos
- Alcohol
Mientras unos piensan que este tipo de dietas son limitadas y repetitivas, ellos admiten todo lo contrario, diciéndole sí a todos los cereales, legumbres, vegetales y semillas, además del experimentar en la cocina, para no aburrirse.
Como el mundo cambia, los crudiveganos invitan a las personas a informarse y saber qué es lo que se está comiendo, qué tan saludable puede ser la carne animal y qué tan negativo puede ser el consumo de azúcar en exceso, aún sin saber qué es lo que se está ingiriendo diariamente.
El crudiveganismo va tomando fuerza en un mundo en el que la tendencia es ir hacia lo natural, enfocado en el equilibrio físico y espiritual. Todos los que siguen esta dieta afirman que su alimentación les proporciona todos los nutrientes necesarios.
Es decir, consiste básicamente en el consumo de alimentos naturales, los cuales no contienen aditivos artificiales y además no han sido expuestos a temperaturas superiores a las producidas por el sol (esto es, alrededor de los 40 ºC aproximadamente).
Es decir, se sigue una alimentación vegetariana, basada únicamente en el consumo de productos crudos, los cuales no han sido calentados por encima de los 40-46 ºC (ligeramente tibios) ni han sido cocidos.
Como sabemos, al cocinar los alimentos se destruyen las enzimas y otros nutrientes esenciales contenidos en los mismos, y éste es precisamente uno de los conceptos principales que defienden los seguidores del crudiveganismo. Por otro lado, también defienden que el cuerpo asimila mucho mejor determinados alimentos cuando éstos se encuentran ligeramente tibios, y que incluso se pueden activar las enzimas de los alimentos mojándolos en agua antes de su consumo.
¿Qué comen los crudiveganos?
La alimentación está reducida a todo lo que proviene del mundo vegetal: vegetales de hoja verde, hortalizas, frutas, verduras, germinados, semillas y frutos secos. Eliminan a las patatas y a las berenjenas porque no pueden ser consumidas en estado crudo.
Los crudiveganos afirman que en el mundo vegetal están todas las vitaminas, minerales y aminoácidos que necesita nuestro organismo, y que los beneficios de este estilo de vida se reflejan en el estado de ánimo, más allá de la salud.
Los espárragos, brócoli, apio, cebolla, aloe vera y los germinados de legumbres son los productos más utilizados en este tipo de alimentación, que aunque no permite la cocción de los alimentos, sí permite procesarlos, batirlos o licuarlos.
Sus desventajas
Por ser una dieta restrictiva y sin aporte de alimento de origen animal, tras una dieta de por vida de esta manera, se puede llegar a tener deficiencias de vitamina B12 y hierro, los cuales solo se obtienen de alimentos de origen animal, al igual que deficiencia de calcio.
Si la dieta no es variada, puede afectar el nivel de colesterol bueno, aunque se trata de un tipo de dieta natural especialmente útil para ayudar a reducir los niveles de colesterol malo. También, las personas suelen sufrir dolores de cabeza, náuseas y ansiedad, producidos por la restricción de proteínas y de hidratos de carbono complejos, además de generar síntomas como cansancio y desánimo.
Generalmente, la recomendación es tener un complejo multivitamínico y consultar a un médico o nutricionista antes de decidir decirle que sí a una dieta crudivegana.
Consejos útiles si quieres seguir una alimentación crudivegana
- Se deben cubrir los requerimientos energéticos de nuestro organismo, ya que el crudiveganismo es una alimentación muy saciante por contener mucha agua y fibra, y quizás sean menos las calorías que se consuman diariamente, así que por ello es importante sumar calorías y nutrientes con los frutos secos.
- Los suplementos de vitamina B12 es una excelente opción si una persona decide no consumir alimentos de origen animal.
- A través del consumo de legumbres, éstas se vuelven la base del aporte proteico en las dietas basadas en vegetales.
En resumidas cuentas: Planteamientos básicos del crudiveganismo
- Consumo de alimentos naturales, maduros, frescos, integrales y no refinados.
- Consumo de alimentos deshidratados a temperaturas no superiores a las que produciría el sol.
- Se evita el consumo de alimentos con concentración de almidón, como es el caso de las patatas y los cereales sin germinar.
- Equilibrio entre frutas dulces, vegetales grasos, hortalizas y hojas verdes comestibles con otras clases de alimentos, tales como frutas ácidas, legumbres, fermentados o brotes de cereales.
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