Aunque es una opinión errónea que tiende a estar en boca de muchísimas personas, no existen alimentos indigestos, ya que es una cuestión que depende de cada individuo. Es decir, sí es cierto que existen alimentos que por su composición nutritiva o por su contenido en determinadas sustancias o compuestos, pueden afectar a la digestión (por ejemplo, pueden causar flatulencias). Pero no hay alimentos indigestos por sí mismos.
Por ejemplo, puedes almorzar un filete de solomillo junto a tu pareja y tú sí puedes digerirlo mal, pero ella no. En este mismo sentido, es necesario conocer que los problemas digestivos funcionales tienden a estar ligados más bien al consumo de uno o varios nutrientes determinados. De esta manera, cuando un individuo no tolera un alimento, es necesario reemplazarlo por otro o suprimirlo para evitar posibles carencias.
Igualmente, existen determinados hábitos que pueden influir en que nuestra digestión no se desarrolle todo lo bien que nos gustaría. Como veremos, también depende de la forma como comamos y de cómo lo hagamos. Por suerte, es posible mejorar la digestión de manera totalmente natural y saludable.
¿Qué hábitos pueden influir negativamente en nuestra digestión?
Aunque no lo creas, además de los alimentos que comamos y bebidas que tomemos, lo cierto es que nuestros hábitos pueden influir de forma directa en que nuestra digestión pueda desarrollarse o no correctamente. Es decir, lo que hagamos no solo antes de las comidas, sino durante e incluso después de haber acabado de comer. ¿Y cuáles son esos hábitos o factores que influyen de manera negativa en la digestión? Toma nota:
- Comer distraído/a: Muchos nutricionistas aconsejan que, cuando estemos comiendo, lo hagamos estando totalmente concentrados en el plato que tenemos delante. De esta forma, seremos capaces de disfrutar de la comida y obtendremos bastante placer si además lo que estamos comiendo nos gusta. Por ejemplo, no se aconseja leer y comer al mismo tiempo, o distraernos con otras ocupaciones. Efectivamente, debemos dejar el teléfono móvil a un lado y centrarnos en disfrutar de lo que estemos comiendo.
- No tener un horario: Nuestro sistema digestivo necesita de un horario para poder realizar bien la digestión. Por ejemplo, si habitualmente comemos a las 13 horas lo ideal es tratar siempre de hacerlo a la misma hora. Eso no quita que si un día comemos a las 4 de la tarde nuestra digestión se resienta, pero nuestro sistema digestivo funcionará mejor si intentamos mantener cierto equilibrio.
- Comer deprisa y masticar mal los alimentos: Influye de forma directa en nuestra digestión. Es más, si comemos deprisa es bastante probable que comamos en exceso, por lo que de mantener este hábito en el tiempo nuestro peso también se resentirá. Además, cuando comemos deprisa lo más común es que mastiquemos mal los alimentos, por lo que podrían resultarnos indigestos.
- Comer en exceso: Es otra de las causas habituales, que comúnmente se une al hecho de comer deprisa, ya que no damos tiempo a nuestro sistema digestivo a enviar las señales al cerebro de que estamos saciados. Por lo que tenderemos a comer más sin necesitarlo.
Algunos consejos útiles para mejorar tu digestión naturalmente
- Opta por alimentos naturales: Lo más adecuado son los alimentos sanos, saludables y cien por cien naturales, evitando el consumo de alimentos muy grasos o ricos en azúcares.
- Alimentos ricos en fibra: Los vegetales son muy ricos en fibra, necesaria –como sabes- para regular el correcto funcionamiento de los intestinos, y regular con ello el tránsito intestinal. Lo mejor es consumirlos siempre cocidos, ya que de esta manera los suaviza y predigiere. Pero ojo, cuidado con el exceso de fibra, ya que puede causar flatulencias.
- No comas en exceso: Evita los excesos, especialmente aquellas comidas que hacemos fuera de casa y que, en la mayoría de los casos, tendemos incluso a sentirnos indigestos porque hemos comido más de lo que deberíamos.
- Bebe líquidos: Consume la cantidad de agua diaria recomendada, también en forma de zumos naturales e infusiones. ¿Lo mejor? Intentar no beber durante la comida.
- Opta por suplementos y alimentos prebióticos: Los alimentos prebióticos pueden ser de gran utilidad, ya que ayudan igualmente a regular el tránsito intestinal.
¿Cuáles son los mejores suplementos naturales para la digestión?
Teniendo en cuenta que, en sí mismos, no existen en absoluto alimentos considerados como indigestos, lo cierto es que es la forma como comemos y la cantidad lo que, precisamente, repercute negativamente a la hora de que podamos sufrir o no de indigestión.
Eso sí, no debemos obviar tampoco que los problemas digestivos funcionales tienden a estar ligados al consumo de determinados nutrientes, fundamentalmente porque la persona no tolera ese alimento.
Cuestión que suele ser habitual en muchísimas personas, pero que puede causar carencias nutricionales si ese alimento no es reemplazado por otro que aporte los mismos nutrientes.
No obstante, si bien es necesario conocer cómo mejorar la digestión naturalmente, también puede ser recomendable saber qué suplementos naturales para la digestión puede ser ideales:
- Vitaminas: Las vitaminas, sobretodo y principalmente la vitamina A, ayuda tanto a combatir la irritación estomacal como el dolor, especialmente cuando aparece inflamación.
- Calcio: Es un mineral que ayuda a reducir los síntomas tan molestos que tienden a aparecer cuando existe una indigestión (o cuando el estómago digiere mal los alimentos. Además, ayuda a neutralizar el exceso de acidez estomacal.
- Magnesio: El magnesio, médicamente conocido como el gluconato de magnesio, ayuda igualmente a la hora de combatir la acidez estomacal.
- Alimentos prebióticos: Ayudan no sólo a realizar una buena digestión, sino a regular el tránsito intestinal. El yogur, por ejemplo, es un maravilloso alimento rico en bacterias buenas para nuestro sistema digestivo.
Como vemos, disfrutar de una buena digestión es posible si evitas determinados hábitos y factores que pueden influir de manera muy negativa en su correcto desarrollo. La clave está en comer tranquilo y relajado, despacio, masticando bien los alimentos y saber escoger lo que comemos.
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