La conservación de la miel es verdaderamente sencilla. Basta con tenerla en su envase y mantenerla a una temperatura ambiente normal, donde no haya calor y donde se encuentre protegida de los rayos solares. Pero lo cierto es que para disfrutar de la miel siempre en su mejor punto lo más adecuado es saber de qué forma podemos conservarla y almacenarla en función del envase donde está guardada.
De hecho, es muy habitual que, a pesar de encontrarnos ante un alimento natural sumamente común y consumido desde hace ya miles de años, nos surjan dudas sobre su almacenamiento o conservación. Lo mismo ocurre con la fecha de caducidad de la miel, dado que por mucho que busquemos en el envase de ésta una fecha en la que fijarnos, la realidad es que no la encontraremos por ningún lado.
Esto es debido a que, en realidad, la miel no posee una fecha de caducidad determinada. Incluso tampoco posee una fecha de consumo preferente, puesto que se trata de un alimento natural que nunca caduca.
Sin embargo, esto no significa que no nos encontremos ante un alimento que sí debamos conservar adecuadamente, siendo necesario para ello tener en cuenta algunos aspectos interesantes sobre su almacenamiento en casa. Aunque, es cierto, como te indicábamos al comienzo de esta nota, en realidad su conservación es bien sencilla y en absoluto complicada.
Consejos útiles para conservar la miel en casa
La miel es un alimento indispensable, de manera que es tremendamente común encontrarla en la despensa o en la alacena de muchas casas y hogares. No solo porque se utiliza habitualmente en muchas recetas de cocina, sino porque también es usada como remedio natural en muchos trastornos y problemas de salud.
No obstante, aunque su conservación sea realmente sencilla es muy adecuado tener en cuenta los siguientes elementos básicos. Toma nota:
- Mejor en envases de vidrio. Lo más común es comprar la miel directamente envasada en envases de vidrio. Pero también es posible encontrarla en envases de plástico, por ejemplo en aquellos de aplicación fácil. Lo cierto es que siempre lo mejor es optar por mieles envasadas en botes de cristal, ya que esto ofrece muchísimas ventajas: se conserva muchísimo mejor, no se oxida, aguanta más tiempo y además soporta mejor los cambios de temperatura.
- Lugar seco y templado, siempre a temperatura ambiente. La temperatura ideal para conservar la miel adecuadamente se sitúa entre los 15 y los 20 grados centígrados. Por ello, es muy útil almacenarla en una alacena con una temperatura adecuada, alejada de los rayos solares.
- Aléjala de fuentes de calor. La miel que se calienta tiende no solo a perder su sabor, sino que adquiere una apariencia oscura. Por ello, lo mejor es tratar siempre de almacenarla en una alacena o despensa alejada de fuentes de calor.
Por otro lado, debemos tener en cuenta que si la miel se cristaliza es absolutamente normal. Se trata de un proceso normal que pasa antes o después, pero que termina ocurriendo. Además, este proceso ayuda a que la miel se conserve mejor y dure más tiempo.
Se produce por el elevado contenido en azúcares de la miel, principalmente glucosa, la cual crea un estado sobresaturado que provoca que ésta se vuelva pastosa, en lugar de líquida.
Si deseamos que la miel vuelva a adquirir su estado líquido, basta con poner el envase de cristal con la miel cristalizada al baño maría, y esperar durante unos minutos a que se vuelva líquida.
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