A partir de los 40 años tiende a ser habitual que se produzca una disminución progresiva de los niveles de estrógenos en la mujer; una bajada que disminuye con la edad, y que de hecho coincide con la llegada de la menopausia.
Y es que la menopausia no es un fenómeno fisiológico que aparece bruscamente, sino que consiste en un período que puede incluso durar años, durante los cuales la mujer empieza a notar los síntomas característicos de la bajada de estrógenos y se alteran los ciclos menstruales.
Los estrógenos son unas hormonas sumamente importantes para la mujer, porque inducen fenómenos de proliferación celular sobre los órganos, teniendo cierto efecto preventivo de la enfermedad cerebro vascular,a la vez que influye en el metabolismo tanto de las grasas como del colesterol, ayuda a la distribución de la grasa corporal (por ello a partir de la menopausia la mujer puede tener un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular), y ayuda a regular el ciclo menstrual, entre otros.
Por todo lo indicado, es recomendable que a partir de los 40 años la mujer siga una dieta rica en alimentos con alto contenido en estrógenos, lo que con los años ayudará a que la llegada de la menopausia no se “note tanto”:
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Soja: brotes y bebida de soja.
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Frutas: cerezas, ciruelas, manzanas, granadas y papayas.
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Verduras y hortalizas: apio, batatas, berenjenas, remolacha, pimientos y tomates.
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Legumbres: habas, lentejas, guisantes, garbanzos.
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Cereales: arroz integral, trigo, cebada, avena y lúpulo.
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Semillas: alfalfa, anís, hinojo, lino y girasol.
Eso sí, debes tener un especial cuidado con los siguientes grupos de alimentos, dado que tienden a disminuir los niveles de estrógenos:
- Frutas: cítricos (naranjas, limones…), higos, melones, peras, piñas y uvas.
- Verduras y hortalizas: brécol o brócoli, coles, judías verdes, calabaza y cebolla.
- Cereales: arroz blanco, harina blanca y mijo.
Imagen | jplahm
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