Se sabe que aquellas personas que no descansan bien no pueden rendir tanto energética como físicamente a lo largo del día, y suelen tener habitualmente un humor algo más irritable y negativo que aquellos sujetos que sí descansan de manera correcta.
Por ese motivo, es fundamental dormir bien, no sólo para descansar plenamente, sino para recuperar la energía perdida a lo largo del día y conseguir vitalidad para la jornada próxima.
Para ello, es recomendable optar por una habitación tranquila en la que nos sintamos a gusto, evitar determinadas cuestiones antes de dormir tales como ver la televisión, y conseguir el mayor silencio posible.
Pero la dieta y la alimentación que mantengamos pueden ser de gran ayuda a la hora de dormir bien, a la par que puede ser negativa si no descansamos correctamente.
Alimentación y trucos para dormir bien
En un anterior artículo pudimos conocer qué alimentos relajan, sabiendo que tanto la lechuga como el germen de trigo pueden ser de gran ayuda cuando deseamos luchar contra la ansiedad y el estrés a través de la alimentación diaria.
Es recomendable tomarse un yogur descremado con un par de cucharadas de germen de trigo, a la par que comer una ensalada de lechuga una o dos horas antes de dormir ayuda a que descansemos mejor.
Las sopas y saldos calientes ricos en vegetales pueden ser igualmente de gran ayuda, dado que son relajantes y reconstituyentes.
Antes de optar por una nutrición para dormir, lo más recomendable principalmente es eliminar de la dieta aquellos alimentos que nos impiden descansar bien (o al menos no consumirlos horas antes de irnos a la cama).
Alimentos como el café, el té, las bebidas de cola o el chocolate sabemos que interfieren negativamente en el proceso del sueño, ya que poseen sustancias estimulantes del sistema nervioso que lo activan.
También se debe evitar el consumo de líquidos en abundancia horas o minutos antes de irnos a la cama, ya que, en medio de la noche, las ganas de orinar pueden interferir en el sueño.
Aquellos productos o alimentos ricos en grasa hacen que la digestión sea pesada, por lo que no serán recomendados para conciliar el sueño.
Eso sí, se deben optar por aquellos alimentos para dormir que precisamente ayudan en este sentido. Alimentos como el pan, la pasta, los plátanos, el yogur, los cereales, la leche templada, la lechuga, los pescados azules o las carnes magras ayudan positivamente, ya que en gran medida estimulan el descanso.
Por ello, no olvides que éstos no falten nunca en tu dieta, y mucho menos a la hora de cenar.
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