Aunque ambos problemas suelen confundirse, lo cierto es que existen ciertas diferencias entre la alergia y la intolerancia alimentaria, dado que mientras una intolerancia alimentaria consiste en la aparición de una reacción adversa a la ingesta de un determinado alimento o aditivo presente en él, tratándose de una reacción no inmunológica. En el caso de la alergia alimentaria, se trata de una reacción adversa que aparece después de ingerir un alimento o un aditivo contenido en él, apareciendo una reacción inmunológica.
Esta reacción aparece porque el sistema inmunitario de la persona alérgica interpreta que ese alimento o aditivo es un invasor, causando una respuesta inmunológica desproporcionada, en la que el organismo libera una serie de sustancias químicas que tratan de ‘luchar’ contra dicho invasor.
En el caso particular de las alergias alimenticias, sus síntomas tienden a ser más graves, ya que puede causar: problemas para respirar correctamente, opresión en la garganta, tos, ronquera, vómitos, inflamación, disminución de la tensión arterial, urticaria y dolor de estómago, pudiendo llegar a causar incluso reacciones de riesgo fatales.
La alergia alimentaria puede aparecer ante cualquier alimento o aditivo, aunque lo cierto es que podemos establecer una serie determinada de alimentos muy alérgicos: destacan sobre todo los frutos secos (tales como piñones, almendras, uvas pasas, nueces, avellanas y castañas), así como huevos y leche.
Ahora que nos encontramos a las puertas de la Navidad, no hay duda que son muchas las personas que en su compra del supermercado optan por incluir los maravillosos dulces navideños, tales como turrones, mazapanes, polvorones, peladillas… Y aunque son productos típicos deliciosos, lo cierto es que pueden convertirse en un auténtico enemigo para aquellas personas con alergias a los dulces navideños.
Debemos tener en cuenta que muchos de estos productos típicos de estas fiestas contienen trazas de determinados alimentos muy alérgicos, como por ejemplo es el caso de trazas de frutos secos, mientras que otros contienen directamente leche o huevo entre sus ingredientes principales.
Por tanto, si en la actualidad presentas algún tipo de alergia alimentaria, es fundamental prestar especial atención al etiquetado de aquellos productos navideños que compres y que vayas a consumir, para evitar los que contienen entre sus ingredientes trazas de alimentos a los que eres alérgico.
Esta precaución debe ser incluso más importante en el caso de los más pequeños de la casa, dado que los frutos secos son los que más reacciones tienden a producir, por lo que no es aconsejable dar alimentos con frutos secos a niños menores de 3 años. A partir de esa edad pueden ser incluidos en cantidades muy pequeñas y de manera triturada, pero siempre bajo la observación de los padres o de un adulto.
Ante cualquier sospecha de la existencia de una alergia alimentaria es fundamental acudir al especialista médico, para su diagnóstico, sobre todo si no sabemos que somos alérgicos a ese producto.
Imagen | Lablascovegmenu
Comentar