Hace muchos, muchos años, cuando el consumo de café no estaba tan extendido en nuestro país como lo está ahora, y sobretodo porque muchas personas no podían permitirse el ‘lujo’ de adquirirlo en unos momentos tan complicados y difíciles como lo fue durante la posguerra española, se utilizaba la achicoria como sustituto del café. Por este motivo fue también conocido popularmente como café de achicoria.
Aunque hoy en día el café es una de las bebidas más consumidas del mundo, estimándose que por término medio una persona consume 1,3 kg. de café por año, destacando especialmente el consumo de los finlandeses (12 kg. por persona al año), y de los noruegos (alrededor de 10 kg. por persona), muchas personas optan precisamente por lo contrario: no consumirlo, ya sea porque no les gusta, porque no pueden tomarlo o porque son sensibles al efecto de la cafeína.
En estos casos es posible utilizar sucedáneos naturales que precisamente se pueden convertir en excelentes sustitutos del café, como es el caso de la achicoria.
¿Qué es la achicoria?
La achicoria se caracteriza por ser una planta herbácea que se cree ya era cultivada en el antiguo Egipto, aunque es originaria de Europa. Puede llegar a alcanzar el metro de altura, con una raíz profunda, con flores de color azul-lila que también pueden ser blancas o rosadas, y hojas suavemente dentadas.
Mientras que las hojas de achicoria son utilizadas habitualmente como cualquier otra verdura en la cocina, o en la elaboración de ensaladas, también son usadas en la preparación de infusiones con beneficios medicinales.
Precisamente en forma de infusión, y particularmente la raíz de achicoria es lo que tradicionalmente se ha venido utilizando como sustituto del café.
La achicoria como sustituto del café
Cuando la achicoria es recolectada se deja secar durante algún tiempo. De ella se reservan sus raíces, que luego se limpian y se tuestan en horno moderadamente caliente.
El motivo por el que la achicoria se ha venido utilizando tradicionalmente como sustituto o alternativa del café, es que sus raíces al ser tostadas tienden a acaramelarse, de forma que al ser finalmente molidas dan como resultado un producto natural con sabor intenso y ligeramente picante.
Eso sí, a diferencia del café, la bebida resultante si bien es cierto que presenta una apariencia muchísimo más clara, su sabor es igual de intenso.
¿Cuáles son sus beneficios?
La raíz de achicoria destaca por su contenido en inulina, un hidrato de carbono complejo, que al ser liberado poco a poco en la sangre es adecuada para personas con diabetes. Además, también es adecuada en caso de estreñimiento al ser considerada como un tipo de fibra soluble.
También es rica en intibina, un principio amargo que actúa como estimulante de la producción de bilis, favoreciendo la digestión y mejorando tanto la indigestión como la estimulación del apetito.
Desde un punto de vista más nutricional, las raíces de achicoria son especialmente ricas en ácidos grasos esenciales, vitaminas del grupo B y minerales (como el potasio, calcio y fósforo).
Imágenes | Leonora Enking /T.Tseng
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