Limpiarse la cara cada día, incluso varias veces a lo largo de la jornada, es fundamental a la hora de cuidar y proteger nuestra piel, pero sin excesos, dado que como opinan muchos dermatólogos y expertos en belleza y cosmética, lavarnos demasiado la piel puede ser cuanto menos contraproducente.
No obstante, recientemente son muchos los expertos que aconsejan la conocida como doble limpieza facial, principalmente porque es una técnica tremendamente sencilla y fácil de seguir en casa, y que ofrece -de hecho- interesantes beneficios y cualidades. Digamos que fortalece y multiplica aún más si cabe las propiedades que, por sí sola, ya ofrece la limpieza facial diaria. Pero, ¿qué es verdaderamente y en qué consiste? ¿Cómo podemos hacerlo fácilmente en casa? Y, sobre todo, ¿cuáles son sus beneficios más interesantes?.
¿Qué es y en qué consiste la doble limpieza facial?
Efectivamente, como su propio nombre podría ayudar a indicar, la conocida como doble limpieza consiste en lavarse la cara dos veces antes de pasar al suero o crema humectante.
Es, en definitiva, un proceso de limpieza de dos pasos. Y, como veremos, en lugar de utilizar el mismo limpiador dos veces (lavar, enjuagar y volver a repetir), a la hora de obtener una limpieza muchísimo más profunda el primer paso es utilizar un aceite limpiador -o agua micelar-, y luego lavarlo con espuma o crema.
De hecho, los propios dermatólogos sugieren lavarse el rostro al menos dos veces cada día, una vez por la mañana y otra antes de acostarnos (independientemente incluso de que nos hayamos duchado o bañado).
Es decir, implica el uso de un bálsamo, agua micelar o un aceite limpiador con el que poder descomponer primero el maquillaje, cualquier protector solar -si te lo has puesto con anterioridad- y el sebo presente en la superficie de la piel. Y, luego, continuar con una limpieza mucho más profunda a base de agua.
Esto, como veremos en el apartado dedicado a ello, ofrece interesantes beneficios, ya que ayuda a eliminar las bacterias, el sudor y las células viejas acumuladas en la piel, y además ofrece la posibilidad de conseguirlo de forma totalmente efectiva y sencilla. De hecho, en opinión de los dermatólogos, llevar a cabo una doble limpieza facial permitirá limpiar mucho más los poros, eliminando así una mayor cantidad de impurezas.
¿Cómo hacerte una doble limpieza facial? Paso a paso
En realidad, llevar a cabo una doble limpieza facial es tan sencillo como fácil, a la par que verdaderamente simple. A continuación te explicamos los dos pasos que debes seguir para hacerlo cada día, o al menos, siempre que lo necesites:
Primer paso
En primer lugar vamos a empezar utilizando un limpiador a base de aceite o agua micelar. Con él podrás limpiarte tanto el maquillaje como la acumulación de aceite o sebo, el cual se haya quedado en la piel a lo largo del día. En definitiva, se convierte en una opción excelente para eliminar las impurezas más aceitosas de la piel.
Cualquiera de estos dos productos son tremendamente útiles, además de adecuados. El uso de agua micelar, consistente en una emulsión neutra y sin espuma, o de un limpiador a base de aceite, ayudarán de forma tremendamente positiva a la hora de eliminar -con suavidad- el maquillaje y la grasa, y limpiará la piel suavemente.
Estos productos, de hecho, son ideales porque descomponen tanto el maquillaje como el sebo de la piel. Especialmente cuando el maquillaje es a base de aceite. Y es interesante lavarte el rostro hasta que no haya un solo rastro de maquillaje visible en la almohadilla de algodón (si, por ejemplo, la has utilizado para aplicarte el producto con suavidad). Quizá pueda ser necesario hacerlo tres, cuatro o incluso cinco veces.
Se recomienda también aplicarte el producto durante un minuto, con el fin de eliminar completamente la acumulación de suciedad y grasa, la contaminación, las toxinas y el maquillaje. Así, hacerlo durante al menos este tiempo te ayudará a asegurarte de que obtendrás todos los beneficios que te ofrece el limpiador (así como sus ingredientes).
¿Sabes por qué esto es tan importante? Fundamentalmente porque la mayoría de las personas únicamente suelen dedicar entre 20 a 30 segundos a la hora de limpiarse el rostro, por lo que no es el tiempo suficiente como para poder aplicar el limpiador de manera correcta. En este sentido, los expertos incluso recomiendan aumentar el tiempo a dos minutos, siempre que fuera posible.
Segundo paso
Luego de haber utilizado agua micelar o un limpiador a base de aceite, llegamos al siguiente paso. Y es que después de que hayas eliminado las impurezas y el maquillaje de la piel, el paso dos involucra el uso de un buen limpiador de espuma y agua, útil para profundizar en los poros.
Eso sí, debido a la forma en que los distintos folículos se encuentran orientados en la cara, es muchísimo mejor hacerlo de la siguiente forma: lávate hacia arriba y hacia afuera, lo que te permitirá disfrutar de una limpieza muchísimo más profunda.
No te pierdas: Cómo hacer tu propia agua micelar casera
Otros aspectos a tener en cuenta
Es fundamental tener en cuenta la temperatura del agua, algo sumamente importante y que, en muchos casos, no suele tenerse tan en cuenta. Especialmente si se padece acné, o alguna afección de la piel como por ejemplo podría ser el caso de la rosácea, demasiado calor podría causar más problemas, además de irritarla.
Por ello, lo mejor es enjuagarse siempre con agua tibia. Esto es, ni muy caliente ni muy fría.
¿Con qué frecuencia deberías hacer la doble limpieza facial?
Aunque se recomienda enjuagarse la piel por la mañana, y limpiársela en profundidad por la noche, en el caso de la doble limpieza facial lo más aconsejable es hacerlo únicamente para la noche, dentro dela rutina de cuidado de la piel. Y es que la noche se convierte el mejor momento del día para limpiarse la piel en profundidad, después de que ésta se encuentre cubierta de la suciedad y los contaminantes propios de la jornada, el exceso de aceite y, también, el maquillaje.
No obstante, algunos expertos señalan que no hay ningún tipo de problema o inconveniente si, además, deseas adoptar esta técnica también por las mañanas. Esto es particularmente interesante si, por la noche, mientras duermes, tu piel también tiende a producir un exceso de sebo (lo sabrás si, al despertarte, tu piel se muestra brillante y sospechosamente grasienta).
En definitiva, lo ideal es escoger una frecuencia que mejor se adapte a nuestro estilo de vida. Y lo que es aún más importante: mantenerla diariamente, lo que nos ofrecerá la posibilidad de obtener siempre los mejores resultados.
Eso sí, en caso de que te olvides hacerlo por la mañana o por la noche, no te preocupes, no pasará nada. Únicamente continúa con tu rutina de cuidado de la piel al día siguiente.
La doble limpieza facial según tu tipo de piel
Como ocurre con la aplicación de cualquier otro producto cutáneo, el uso de un determinado limpiador, u otro, dependerá directamente del tipo de piel que tengamos. En este sentido, siempre es buena idea seguir algunos de los consejos y pautas que te proponemos a continuación. Toma nota:
- El mejor producto para tu tipo de piel. Los mejores productos para un tipo de piel como la tuya no solo deben eliminar todos los rastros de impurezas que han quedado sobre la superficie de la piel, sino aquellos que mejoran algunas de las principales señales del envejecimiento, como la opacidad, la pérdida de firmeza y la sequedad. Lo aconsejable en estos casos es optar por un aceite limpiador, que ayuda a limpiar la piel de la cara a fondo a la vez que equilibra e hidrata. Si además contiene aceites esenciales, vitaminas y antioxidantes, sus beneficios son aún mayores, puesto que la protegerán, nutrirán, restaurarán la elasticidad y repararán la barrera natural de la piel.
- Si tienes la piel grasa. Quizá puedas pensar que aplicarte un producto con una mayor cantidad de aceite, cuando ya estás luchando con los estragos típicos que habitualmente ocasiona la piel grasa, sea un sinsentido. Pero no tanto. Un limpiador a base de aceite puede ayudar a eliminar tanto el sebo como las impurezas de la piel. Debes tener en cuenta que el aceite atrae el aceite, por lo que un limpiador con estas características ayudará, de forma muy positiva, a la hora de eliminar el sudor, el maquillaje, las células muertas y cualquier otro aceite que se haya ido acumulando en la piel a lo largo del día. En caso de que prefieras no utilizar un producto a base de aceite, puedes optar por agua micelar, aplicándola con la ayuda de una almohadilla de algodón, frotando ligeramente sobre la cara y los ojos. Como ya te hemos explicado, el agua micelar contiene unas pequeñas moléculas de aceite, conocidas con el nombre de micelas, capaces de atraer de manera eficaz la suciedad y el exceso de aceite, los cuales pueden acabar obstruyendo los poros.
- Si tienes la piel normal (o mixta). Aunque se suele decir que quien tiene la piel normal suele tener bastante suerte, ya que en la mayoría de las ocasiones no es necesario cuidarla tan concienzudamente, no ocurre lo mismo con la piel mixta. La combinación de este tipo de piel (que como probablemente sepas, consiste en un tipo de piel seca y grasa a la vez), puede acabar siendo enormemente difícil de abordar. Así, mientras que parte de la cara puede ser seca, otras zonas pueden ser grasas. De ahí que sea esencial encontrar productos que pueden ayudar a la hora de mejorar la textura, y el cutis, restableciendo el equilibrio. Las mejores opciones en este sentido son los limpiadores ricos en nutrientes, con ceramidas, y a base de aceite, que pueden ayudar a hidratar y a rellenar la piel. Estos productos son también útiles cuando tu piel es normal.
- Si tienes la piel sensible (o es propensa al acné). Si tienes la piel sensible, que se enrojece, se irrita y se inflama con demasiada facilidad, es bastante probable que ya sepas la importancia que supone mantener un régimen de cuidado de la piel lo más simple -y adecuado- posible. Lo mismo ocurre cuando tu piel es propensa al acné. En estos casos, es normal pensar que una doble limpieza facial puede no ser adecuado, o incluso puede acabar aumentando las posibilidades de irritación. Mientras que ciertos aceites y productos cosméticos pueden ser comedogénicos, obstruyendo los poros y, por tanto, aumentando no solo el riesgo de brotes de acné, sino de formación de ciertas imperfecciones relacionadas, como podría ser el caso de los puntos negros. Pero dado que la limpieza se convierte en la parte esencial para poder disfrutar de una piel lo más sana y cuidada posible, en caso de piel sensible o con propensión al acné, es igualmente imprescindible. Dado que este tipo de piel tiende además a secarse o a irritarse con demasiada facilidad, es fundamental utilizar limpiadores con ingredientes activos antiinflamatorios y antioxidantes, como el ácido glicólico, vitamina E, áloe vera, té verde o aceite de árbol del té.
Independientemente de que tengamos la piel seca o grasa, aún cuando es cierto que determinados tipos de piel pueden beneficiarse más que otros a la hora de disfrutar de sus diferentes cualidades, la doble limpieza facial siempre proporcionada propiedades excelentes, en mayor o menor medida.
Cuando se usa a largo plazo, de manera regular (y a ser posible cada día), deberías notar una menor cantidad de granos -si tu piel es propensa al acné-, y la tez se mostrará más brillante e iluminada.
Cuáles son sus principales beneficios
Es cierto que lavarse la cara puede ser en muchas ocasiones la mejor opción al final de un largo día. Y puede ser más que suficiente. Sin embargo, si tienes a utilizar maquillaje en exceso, o sientes que tu piel está algo sucia, la doble limpieza es bastante adecuada. Así, cuando utilizas una base la limpieza facial doble te ofrecerá una mejor limpieza.
Por ejemplo, una limpieza rápida con la ayuda de una toallita facial puede no hacer mucho por eliminar las principales partículas de contaminación. Y si, al final, toda esta suciedad invisible se deja en la piel durante toda la noche, no le estarás dando a las células cutáneas la mejor oportunidad como para poder regenerarse con normalidad. Y el resultado será más que evidente: es probable que la piel se torne pálida, envejecida y, a la larga, con manchas y arrugas.
En estos casos, la limpieza doble con la ayuda de agua micelar es ideal para eliminar la capa de maquillaje, y luego dejar que el limpiador realmente actúe limpiando la piel. En definitiva, permitirá que cualquier producto que apliques luego penetre de forma más profunda, haciéndolo que sea muchísimo más efectivo, ya que la piel limpia ofrece la posibilidad de permitir que sus ingredientes activos penetren mejor, y funcionen de forma muchísimo más efectiva.
Y es muy útil para prevenir o reducir los problemas de acné, ya que al limpiarte la piel dos veces, te estás asegurando de que se eliminan tanto la primera capa de sebo (o exceso de grasa), además del maquillaje, protector solar y luego las capas más profundas de bacterias que pueden estar presentes en los poros, y que pueden acabar agravando el acné.
Por otro lado, si bien es cierto que no existen por el momento pruebas científicas rigurosas que hayan demostrado que la doble limpieza puede ejercer beneficios contra el envejecimiento, sí hay muchas pruebas que sugieren que tanto la contaminación como las toxinas ambientales pueden acelerar el proceso natural de envejecimiento de nuestra piel.
Descubre además: Errores que estás cometiendo al lavarte la cara
¿Cuándo es aconsejable hacerte una doble limpieza facial?
Incluso aunque con regularidad no utilices maquillaje, es fundamental que, al menos al final del día, lleves a cabo una limpieza facial óptima, dado que aunque no te hayas aplicado ningún cosmético o producto de belleza, la piel puede verse fácilmente afectada por distintos contaminantes externos, así como por la propia presencia de células muertas o viejas, o de exceso de grasa (o sebo).
Dicho de otra forma, es imprescindible no solo eliminar el maquillaje sino la suciedad y la contaminación que, a lo largo del día, se ha ido acumulando sobre la piel. Esto es fundamental, a la vez que importante, puesto que se ha demostrado que su acumulación ocasiona daños oxidativos en la piel, además de contribuir al desarrollo de manchas solares, arrugas, líneas de expresión y la descomposición del colágeno.
Por tanto, la doble limpieza facial es especialmente útil cuando se es propenso al acné, o la piel tiene un exceso de grasa o sebo. También dependerá de cómo se encuentra la piel al final del día. Así, si la piel tiende a ponerse grasa a mitad del día, la doble limpieza puede ser tremendamente adecuada. Sin embargo, si la piel se torna seca o no se vuelve grasa hasta el final del día, posiblemente no sea necesaria, a no ser que estés utilizando mucho maquillaje.
Eso sí, a pesar de los beneficios que ofrece la doble limpieza facial, esto no significa que sea una rutina óptima y adecuada para todas las situaciones. Al contrario. En lugar de una doble limpieza facial, en caso de tener la piel sensible, seca o propensa a la rosácea (enfermedad crónica de la piel que ocasiona la aparición de enrojecimiento y espinillas), los expertos recomiendan una primera limpieza facial seguida de un enjuague con agua. De esta manera, conseguirás evitar que la piel pueda secarse en exceso.
Lo ideal es hacerla siempre por la noche, o cuando hayas llegado a casa después de un largo día. Es más, especialmente cuando te despiertas por la mañana, no siempre tiene por qué ser necesaria llevar a cabo una doble limpieza. Por ejemplo, una única limpieza a base de agua ya ayuda a preparar la piel para absorber mejor las cremas y los productos humectantes de uso por el día. Por lo que, lo mejor, es guardar el agua micelar para la tarde.
Y, luego de la doble limpieza facial, si la piel comienza a irritarse podría ser una buena idea cambiar el limpiador, antes de dejar de hacerlo. ¿Por qué? Muy sencillo: en la mayor parte de los casos, la irritación suele ocurrir cuando se utilizan productos como barras de jabón, las cuales pueden acabar alterando la función de barrera tan importante que posee nuestra piel. Así, debido a esta limpieza repetitiva (dos veces al día), la piel no tiene el tiempo suficiente como para poder repararse con normalidad.
Si esto ocurre, la mejor solución es utilizar un limpiador que sea más adecuado para nuestro tipo de piel. Y esto es indispensable lleves a cabo o no una doble limpieza, porque cuando la barrera superficial se repara, tanto la sensibilidad como la irritación tienden por desaparecer.
En caso de no haber utilizado maquillaje ¿se recomienda una doble limpieza facial?
Si has utilizado maquillaje a lo largo del día, es evidente que una doble limpieza será, cuanto menos, tremendamente útil y adecuada. Pero aún cuando no te hayas aplicado ningún tipo de producto cosmético sobre la piel en toda la jornada, también podrías beneficiarte de la doble limpieza.
Los limpiadores a base de aceite, como ya te hemos comentado, son capaces de eliminar sustancias aceitosas que se acumulan naturalmente en la piel. Es más, en caso de que hayas pasado el día en la playa o en la piscina, también pueden ser de mucha ayuda a la hora de retirar los restos de protector solar que se hayan podido quedar.
Una vez que te has aplicado el primer producto limpiador, un segundo producto actuará más fácilmente, al no tener que luchar contra esa capa adicional de impurezas y suciedad.
Cuidado con lavarte la piel en exceso
Incluso aunque no te limpies la piel doblemente, siempre se puede correr el riesgo de lavarse la piel en exceso, lo que puede acabar causando irritación, enrojecimiento y sequedad. Esto ocurrirá en mayor medida si tu piel es seca. Mientras que, si tienes la piel grasa, el resultado de un exceso de limpieza será el de mayor producción de grasa (y una mayor propensión a los brotes de acné).
De hecho, sabrás si te has excedido en el proceso de limpieza cuando a las pocas horas surgen algunas de estas señales. Y en el caso de la piel grasa, además, lo habitual es que también surja inflamación, particularmente en quienes tienen acné.
Pero no debes preocuparte: si utilizas los limpiadores adecuados, y sigues la técnica o el método correcto en función de tu tipo de piel, la doble limpieza no solo no dañará la piel, sino que ayudará a cuidarla y a protegerla todavía más.
Únicamente recuerda que es esencial masajearte la piel con suavidad, en lugar de frotarla de forma agresiva, y con fuerza.
¿Por qué se ensucia nuestra piel cada día?
Nuestra piel es considerado como uno de los órganos más grandes del cuerpo. Y, de hecho, aunque poco se conozca respecto a esta interesantísima cualidad, la realidad es que juega un papel fundamental a la hora de mantenernos saludables. Por ejemplo, nos ayuda a regular la temperatura del cuerpo, nos protege frente a enfermedades y lesiones… De ahí que mantenerla en buena forma sea simplemente fundamental, a la par que imprescindible.
Sin embargo, a lo largo del día nuestra piel se va “ensuciando” a partir de la mugre, la contaminación y el exceso de aceite (producido naturalmente por las glándulas sebáceas), el cual puede quedar “atrapado” y combinarse con todo tipo de suciedad.
En este sentido, a medida que el sebo sale de los diferentes folículos capilares comienza a mezclarse con la suciedad y con el sudor, y la presencia de una bacteria que encontramos comúnmente en nuestra piel, conocida con el nombre de P. acnes (Propionibacterium acnes, para ser precisos), puede acabar ocasionando la aparición de un incómodo y molesto visitante: el temido acné.
En el caso de los hombres, de hecho, este problema puede ser mayor que en las mujeres, especialmente por la presencia de vello facial, el cual tiende a atrapar una mayor cantidad tanto de aceite como de suciedad alrededor de los folículos capilares, pudiendo provocar aún más inflamación y una mayor cantidad de obstrucción de los poros.
De ahí que se aconseje que aquellos hombres con vello facial incorporen un lavado adicional a su rutina de higiene y belleza diaria.
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